«No puedo vivir sin música»
Esta frase tan oída puede sonar exagerada al principio, pero esconde una verdad más profunda. Numerosos estudios de investigación cerebral demuestran que la música es mucho más que un mero entretenimiento. Los sonidos relajantes, rítmicos o emocionales pueden tener efectos significativos en nuestro cerebro y nuestra salud, e incluso prolongar nuestra esperanza de vida. Pero, ¿cómo influye exactamente la música en la función cognitiva de nuestro cerebro y contribuye a una vida más larga y saludable?
El efecto de la música en el cerebro: cómo se benefician las funciones cognitivas
«La música tiene la extraordinaria capacidad de activar diferentes regiones del cerebro simultáneamente y evocar profundas respuestas emocionales, cognitivas y motoras. Puede organizar y sanar el cerebro de un modo único, incluso en personas con trastornos neurológicos.»
explica el Dr. Oliver Sacks, neurólogo y autor del conocido libro «El pianista manco» (Musicofilia), que suele utilizarse como referencia sobre los efectos de la música en el cerebro.
Expertos de los campos de la gerontología, la neurología y la musicoterapia confirman que la música es mucho más que un mero entretenimiento: es un recurso valioso para nuestra salud física y mental: tanto escuchar música como hacer música activamente tienen un efecto significativo en el cerebro. Recibir estímulos musicales desencadena una cadena de reacciones neuronales que tienen efectos eufóricos similares a los del deporte, el sexo o el consumo de drogas. Los sonidos activan principalmente dos zonas del cerebro: el córtex auditivo, encargado de procesar los sonidos, y el sistema límbico, centro de nuestras emociones.
Esta conexión promueve lo que se conoce como plasticidad neuronal, que permite al cerebro formar nuevas conexiones neuronales, reforzar las existentes o reparar las dañadas. Esto tiene un efecto positivo tanto en nuestro rendimiento cognitivo como en nuestro estado emocional. La práctica activa de la música refuerza aún más estos efectos: los estudios demuestran que tocar un instrumento aumenta la plasticidad neuronal, mejora la motricidad fina y fortalece las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales. Además, se entrena la capacidad de concentración, ya que la interacción de sonidos, ritmo y movimiento requiere procesos cerebrales complejos.
Por tanto, la música influye en el cerebro a distintos niveles y activa varias regiones al mismo tiempo. Además de la liberación de endorfinas, la música también reduce el cortisol, la hormona del estrés del propio organismo, por lo que puede influir mucho en los procesos cognitivos y emocionales.
La música como antiestrés: reduce el cortisol y favorece la salud
El consumo de música desempeña un papel clave en la reducción del estrés. Como el estrés aumenta el riesgo de diversos problemas de salud, como hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes, es importante mantener los niveles de cortisol lo más bajos posible. Una reducción de la hormona del estrés cortisol no sólo es perceptible, sino también mensurable, por ejemplo mediante pruebas hormonales. Estas pruebas pueden ayudar a confirmar científicamente y a realizar un seguimiento individualizado de los efectos positivos de la música sobre los niveles de estrés.
- Efecto positivo sobre el sistema cardiovascular: la música reduce la tensión arterial y la frecuencia cardiaca al activar el sistema nervioso parasimpático y, por tanto, favorece la salud del corazón.
- Estabilización emocional: Al reducir la ansiedad y la depresión (causadas por el estrés), la música refuerza la resiliencia emocional.
- Refuerzo del sistema inmunitario: La activación del sistema nervioso parasimpático también hace que se formen más células inmunitarias.
Cómo promueven los Latidos la longevidad y las conexiones sociales
Durante siglos, la música ha sido una herramienta para crear conexiones sociales en una gran variedad de culturas. Desempeña un papel central en rituales, celebraciones y terapias, desde las danzas tradicionales de las comunidades indígenas hasta las modernas sesiones grupales de meditación y musicoterapia. La experiencia compartida de la música fomenta la cohesión, refuerza las relaciones y puede reducir la soledad, algo especialmente importante en la vejez. Hacer música juntos -ya sea en una banda, un coro o un grupo musical- refuerza estos efectos. Conecta a las personas a nivel emocional, refuerza el espíritu de equipo y da la sensación de formar parte de una comunidad.
Los contactos sociales son uno de los cinco pilares esenciales de la longevidad. Los estudios demuestran que unos lazos sociales fuertes influyen positivamente en la esperanza de vida. La música conecta: independientemente de la edad, el origen o la situación vital y refuerza la base para una vida feliz y larga.
Consejos prácticos para la vida cotidiana
Tal vez recuerdes una canción que te trae viejos recuerdos, ya sean positivos o negativos. Se ha demostrado científicamente que asociamos determinadas melodías a determinadas situaciones.
Esta estrecha conexión hace de la música una valiosa compañera para crear hábitos saludables y promover cambios positivos en la vida cotidiana. Combina hábitos saludables como la meditación, escribir un diario o hacer Pilates con tu música favorita. Esto hace que el ritual sea más agradable y fácil de integrar en la vida cotidiana.
A pesar de todo, el silencio también tiene un efecto curativo: es importante dar al cerebro descansos regulares de los estímulos acústicos. Los momentos de silencio permiten ordenar los pensamientos, encontrar el equilibrio interior y percibir mejor el efecto de la música. El silencio consciente y la música incluso se complementan y garantizan un equilibrio saludable.
Cómo puedes utilizar la música específicamente para tu longevidad
- Música por la mañana: La música enérgica es ideal para empezar bien el día. Las «canciones de buen humor» no sólo aumentan tu motivación, sino que también ponen en marcha tu circulación.
- Sonidos que mejoran la concentración: la música instrumental sin letra es adecuada para mejorar la concentración mientras trabajas. La música clásica o los sonidos ambientales relajantes son especialmente eficaces para concentrarse en el trabajo.
- Periodos de descanso: Regálate descansos conscientes con sonidos tranquilizadores, como los sonidos de la naturaleza o la música meditativa. Ayudan a reducir los niveles de estrés y a restablecer tu equilibrio interior.
- Música activa: Los ritmos dinámicos y vigorizantes te ponen en marcha: jogging, Pilates o un paseo.
- Relajación por la noche: Las canciones lentas y melódicas son especialmente adecuadas para desconectar de un día completo. Los sonidos de la naturaleza también te preparan para dormir bien.
Latidos para la relajación, la concentración y la creatividad
Al dirigirse a varios sistemas del cerebro y del cuerpo al mismo tiempo, la música contribuye a la relajación física y al control del estrés, lo que a largo plazo conduce a una mejor salud y longevidad. Diferentes ritmos son adecuados para distintos ámbitos de la vida cotidiana:
- Relajación: Los ritmos regulares calman el sistema nervioso.
- Concentración: La música instrumental, sin letra, favorece el flujo de trabajo concentrado.
- Memoria: La música clásica (barroca o clásica) favorece la capacidad cognitiva gracias a su estructura lógica.
- Creatividad: La música relajante, como el lounge o el jazz, crea una atmósfera inspiradora.
- Buen humor: Música alegre y pegadiza, pop, preferiblemente con letras positivas.
- Reducción del estrés: Los sonidos calmantes, como los de la naturaleza, relajan el sistema nervioso.
- Rendimiento: La música enérgica con la que puedes moverte tiene un efecto motivador y euforizante.
Conclusión: La música como clave de la salud y la longevidad
La afirmación mencionada al principio está plenamente justificada: La música es mucho más que un mero entretenimiento. Es un valioso instrumento para la mente y el cuerpo que tiene numerosos efectos positivos sobre nuestra salud y desempeña un papel crucial para vivir una vida larga y plena. Tanto si escuchas música como si la tocas tú mismo, ambas formas tienen poderes transformadores.
Así que, ¿por qué no empezar ahora mismo? Crea tu propia lista de reproducción personal e integra el poder de la música en tu vida cotidiana con sonidos que te relajen, canciones que te motiven o melodías que te ayuden a concentrarte. Haz de la música tu compañera diaria, para una vida llena de equilibrio, energía y longevidad.
Fuentes:
- Sam Lee, Derek S Kimmerly. Influencia de la música en el rendimiento máximo de la carrera a ritmo propio y en la tasa de recuperación pasiva post-ejercicio. J Sports Med Phys Fitness. 2016.
- La influencia de la música en el cuerpo, la mente y el alma. Hannover. 2025.
- El impresionante efecto de la música en nuestro cuerpo. Tren de la salud mental.
- Julia Grieser Pintor, Stefan Koelsch. ¿Pueden los sonidos musicales fuera de contexto transmitir significado? Un estudio ERP sobre el procesamiento del significado en la música. Wiley. 2010.